miércoles, 17 de enero de 2007

El facistol del coro



Desde el coro la vista de la Basílica es imponente. Lo que vemos en la imagen es, exactamente, lo que veía Felipe II desde su asiento particular, desde el cual asistía a las interminables liturgias de los monjes jerónimos.

El facistol es una pieza de muy cuidada construcción; a pesar de su gran solidez, el giro es fácil. En su parte superior está rematado por una cruz que, según el cronista Damián Bermejo, está hecha de madera de angelino, procedente del navío Cinco Llagas varado en el puerto de Lisboa.

Estaba diseñado para soportar los enormes cantorales depositados en unas estanterías de los antecoros; en total son 220 grandes libros que pesan unos 70 kilos cada uno. Gracias al gran tamaño de sus letras podían ser leídos por los monjes situados en la sillería. Con un simple giro del facistol se cambiaba de cantoral sin interrumpir el rito.

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